“Porque aunque fue crucificado en debilidad,
vive por el poder de Dios.
Pues también nosotros somos débiles en él,
pero viviremos con él por el poder de Dios para con
vosotros.”
2 Corintios 13:4
A. A Dios le encanta usar a los débiles.
1. Todos tenemos debilidades.
a) Es más, tú tienes un manojo de defectos e imperfecciones:
físicas, emocionales, intelectuales y espirituales.
b) También tienes un sinfín de circunstancias incontrolables
que te debilitan, como las limitaciones financieras o relacionales.
c) Lo más importante es: ¿qué haces con ellas?
d) Solemos negar nuestras debilidades, las defendemos, las
excusamos, las ocultamos y las resentimos.
e) Eso le impide a Dios usarlas de la manera que desea
hacerlo.
2. Dios tiene una perspectiva diferente de tus debilidades.
a) Dios dijo: “Como son más altos los cielos que la tierra,
así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que
vuestros pensamientos”. (Isaías 55:9) De modo que a menudo actúa en maneras exactamente
opuestas a lo que esperamos.
b) Pensamos que Dios solo quiere usar nuestras fortalezas,
pero también quiere usar nuestras debilidades para su gloria.
c) La Biblia dice: “…y lo débil del mundo escogió Dios, para
avergonzar a lo fuerte”. (1Corintios 1:27)
d) Tus debilidades no son un accidente. Dios deliberadamente
las permitió en tu vida con el propósito de demostrar su poder a través de ti.
B. A Dios nunca le impresionó la fuerza ni la
autosuficiencia.
1. De hecho, Dios es atraído a los débiles que admitan
serlo.
2. Jesús consideró el reconocimiento de nuestras necesidades
como un atributo de los “pobres en espíritu…”(Mateo 5:3). Esta actitud es la que
él bendice.
C. La Biblia está llena de ejemplos de cómo Dios ama y usa a
los imperfectos, a las personas ordinarias, para hacer cosas extraordinarias, a
pesar de sus debilidades.
1. Si Dios usara solo a personas perfectas, nada sería
hecho, porque ninguno de nosotros es perfecto.
a) Que Dios use a los imperfectos es muy alentador para
todos nosotros.
b) Una debilidad, o “aguijón”, como Pablo lo llamó, no es un
pecado, ni vicio, ni un defecto de carácter que puedas cambiar.
c) Una debilidad es cualquier limitación que tengas, o
heredaste, y no tienes poder para cambiarla.
d) Puede ser una limitación física, como una enfermedad
crónica, falta de energía o una incapacidad.
e) Puede ser una limitación “emocional”, como un trauma, una
personalidad excéntrica o una disposición hereditaria.
f) O puede ser un talento o limitación “intelectual”.
2. No todos somos super inteligentes o talentosos.
a) Cuando piensas en las limitaciones de tu vida puedes ser
tentado a concluir: “Dios nunca podría usarme”.
b) Pero a Dios no lo detienen nuestras limitaciones.
c) De hecho, Dios disfruta poner su poder en envases
comunes.
d) La Biblia dice: “Pero tenemos este tesoro en vasos de
barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros”.
(1Corintios 4:7)
e) Igual que la artesanía común, somos frágiles, defectuosos
y fáciles de quebrar.
f) Pero Dios nos usará si le permitimos trabajar por medio
de nuestras debilidades.
g) Para que esto ocurra debemos seguir el modelo de Pablo.
D. Reconoce tus debilidades. Admite tus imperfecciones.
1. Deja de pretender que tengas todo bajo control y sé
honesto contigo mismo.
2. En vez de vivir negando o dando excusas, toma tiempo para
identificar tus debilidades personales.
3. Dos grandes confesiones en el Nuevo Testamento ilustran
lo que necesitamos para vivir saludablemente.
a) La primera fue de Pedro que le dijo a Jesús: “…Tú eres el
Cristo, el Hijo del Dios viviente”. (Mateo 16:16)
b) La segunda fue de Pablo, que le dijo a la multitud
idólatra en Listra: “…Varones, ¿por qué hacéis esto? Nosotros también somos
hombres semejantes a vosotros…”. (Hechos 14:15)
(1) Si quieres que Dios te use, debes conocer quién es Dios
y quién eres tú.
(2) Muchos cristianos, sobre todo líderes, olvidan la
segunda verdad. ¡Solo somos seres humanos!
E. Alégrate con tus debilidades.
1. Pablo dijo: “… Bástate mi gracia; porque mi poder se
perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en
mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo”.(2 Corintios
12:9)
a) Al principio, esto no tiene sentido. Aspiramos a ser
libres de nuestras debilidades. ¡Pero nos alegramos con ellas!
b) Sin embargo, el contentamiento es una expresión de fe en
la bondad de Dios.
2. Pablo da muchas razones para alegrarnos con nuestras
debilidades.
a) El apóstol, refiriéndose a su propia debilidad que Dios
no quiso quitarle, dijo: “Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las
debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias;
porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”. (2 Corintios 12:10)
b) Cuando te sientas débil, Dios te estará recordando que
dependes de él.
F. Nuestras debilidades también previenen la arrogancia. Mantienen
tu humildad.
1. Pablo dijo: “Y para que la grandeza de las revelaciones
no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero
de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera”. (2 Corintios
12:7)
2. A menudo, Dios nos conecta a una debilidad o a una
fortaleza mayor para mantener nuestro ego controlado.
3. Una limitación puede actuar como un regulador que nos
previene de no ir muy rápido y adelantarnos a Dios.
a) Cuando Gedeón reclutó un ejército de 32,000 soldados para
pelear contra los madianitas, Dios lo redujo a 300 hombres, estableciendo una
desigualdad de 450 a 1, ya que fueron a pelear contra 135,000 de las tropas
enemigas.
b) Esto pareció una fórmula para el desastre. Sin embargo,
Dios lo hizo para que Israel reconociera que no fue por sus propias fuerzas
sino por el poder de Dios que se salvaron.
G. Nuestras debilidades también nos animan al compañerismo
entre los hermanos.
1. Mientras la fuerza cultiva un espíritu independiente –“Yo
no necesito de nadie”- nuestras limitaciones muestran cuánto nos necesitamos
unos a otros.
2. Cuando tejemos las trenzas débiles de nuestras vidas, una
soga muy fuerte se crea.
3. Un cristiano solo es frágil, pero unido a los muchos que
forman la iglesia, entonces es fuerte.
H. Todos los gigantes de Dios fueron personas débiles.
1. La debilidad de Moisés era su temperamento.
a) Le condujo a matar a un egipcio, golpear la roca cuando
se suponía que debía hablarle, y a romper las tablas de los Diez Mandamientos.
b) No obstante, Dios transformó a Moisés en “el hombre más
manso de la tierra”. (Número 12:3)
2. La debilidad de Gedeón era su baja autoestima y una
inseguridad profunda. Sin embargo, Dios lo transformó en “un varón esforzado y
valiente”. (Jueces 6:12)
3. La debilidad de Abraham era el temor.
a) No una, sino dos veces, para protegerse, dijo que su
esposa era su hermana.
b) No obstante, Dios transformó a Abraham en “el poder de
todos los creyentes”. (Romanos 4:11)
4. Impulsivo, de voluntad débil, Pedro se convirtió en “una
piedra pequeña” (Mateo 16:18), en un líder.
5. David, el adúltero, se convirtió en “un varón conforme al
corazón de Dios”. (Hechos 13:22).
6. Juan, uno de los arrogantes “Hijos del Trueno”, se
convirtió en “el apóstol de amor”.
7. Hebreos 11:32-34 dice: “¿Y qué más digo? Porque el tiempo
me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así
como de Samuel y de los profetas; …sacaron fuerzas de debilidad…”.
8. Dios quiere tomar tu debilidad más grande y transformarla.
I. Comparte sinceramente tus debilidades.
1. Ministrar empieza con ser VULNERABLE.
2. Quítate la máscara y comparte todo lo que guardas –tus
luchas- de manera que Dios pueda usarte en servir a otros.
3. Pablo mostró ser vulnerable en todas sus cartas. Expresó
con sinceridad:
a) Sus fallas(Romanos 7:19). “Porque no hago el bien que
quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.”
b) Sus sentimientos (2 Corintios 6:11). “Nuestra boca se ha
abierto a vosotros, oh corintios; nuestro corazón se ha ensanchado.”
c) Sus frustraciones (2 Corintios 1:8). “…pues fuimos
abrumados sobremanera más allá de nuestras fuerzas, de tal modo que aun
perdimos la esperanza de conservar la vida.”
d) Sus temores (1 Corintios 2:3). “Y estuve entre vosotros
con debilidad, y mucho temor y temblor…”
4. Por supuesto, ser vulnerable es un riesgo.
a) Puedes tener miedo a bajar tus defensas y a abrir tu vida
a otros.
b) Cuando revelas tus fallas, tus sentimientos, tus
frustraciones y tus temores, te arriesgas a ser rechazado.
c) Pero los beneficios valen la pena.
d) Ser vulnerable te ayuda a liberarte emocionalmente,
alivia el estrés, desactiva tus temores y es el primer paso para la libertad.
e) Sabemos que Dios “da gracia a los humildes”, pero muchos
malinterpretan esto.
(1) La humildad no es negar tus fuerzas o ponerte por debajo
de otros; es ser honesto acerca de tus debilidades.
(2) Mientras más sincero seas, más recibirás la gracia de Dios.
También recibirás gracia de otros.
f) Ser vulnerable es una cualidad que apreciamos; somos
naturalmente atraídos hacia los humildes.
g) Las pretensiones repelan. No obstante, la autenticidad
atrae, y el ser vulnerable es el camino hacia la intimidad. Por eso es que Dios
quiere usar tus debilidades, no solo tus fortalezas.
J. Nuestras fortalezas crean competencias, mientras que
nuestras debilidades producen comunión.
1. En cierto punto de tu vida, debes decidir si quieres
“impresionar” a las personas o “influenciarlas”.
2. A distancia, puedes impresionar a la gente, pero debes
estar cerca para influir en ella, y claro, si lo estás, es posible que vean tus
defectos.
a) Eso es bueno. La cualidad esencial para el liderazgo no
es la perfección, sino la credibilidad.
b) ¿Cómo puedo forjar mi credibilidad? No pretendiendo ser
perfecto, pero sí honesto.
K. Gloríate en tus debilidades.
1. Pablo dijo: (2 Corintios 12:5) “…pero de mí mismo en nada
me gloriaré, sino en mis debilidades”.
2. En vez de mostrarte autosuficiente e insuperable,
obsérvate a ti mismo como un trofeo de gracia.
3. Cuando Satanás apunte a tu debilidad, acuérdate de Dios y
llena tu corazón con alabanzas a Jesús que “entiende cada debilidad nuestra” y
al Espíritu Santo, que “nos ayuda en nuestra debilidad”.
4. Sin embargo, algunas veces Dios convierte una fortaleza
en debilidad para usarnos aún más.
a) Jacob era un manipulador que gastó su vida intrigando
para después correr por sus consecuencias.
b) Una noche, mientras luchaba con Dios, dijo: “No voy a
dejarte hasta que me bendigas”. Dios le respondió: “Está bien, pero entonces le
agarró el muslo a Jacob y le dislocó la cadera”. ¿Qué significa eso? Dios tocó
la fuerza de Jacob –el músculo del muslo es el más fuerte del cuerpo- y lo
transformó en debilidad. Desde ese día en adelante Jacob caminó cojeando de
manera que nunca más pudo huir. Eso lo forzó a apoyarse en Dios, quisiera o no.
c) Si quieres que Dios te bendiga y te use en gran manera,
debes querer caminar cojeando el resto de tu vida, porque Dios usa a las
personas débiles.
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