Un Caracter Unico

Carácter de los hombres en los postreros días

2 TIMOTEO 3:1-9

Carácter de los hombres en los postreros días

1 También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos.
2 Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos,
3 sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno,
4 traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios,
5 que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.
6 Porque de éstos son los que se meten en las casas y llevan cautivas a las mujercillas cargadas de pecados, arrastradas por diversas concupiscencias.
7 Estas siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad.
8 Y de la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así también éstos resisten a la verdad; hombres corruptos de entendimiento, réprobos en cuanto a la fe.
9 Mas no irán más adelante; porque su insensatez será manifiesta a todos, como también lo fue la de aquéllos.


Al describir el carácter de los hombres de los postreros días, la Palabra señala claramente cuál es su comportamiento por una serie de malos frutos. Estas personas pueden incluso llegar a las iglesias con la apariencia de haber recibido a Jesús como Señor y Salvador, pero en la práctica siguen comportándose de la misma manera que los condujo al pecado y al error. El apóstol recomienda evitarlos a toda costa (verso 5).
También podemos aprovechar al máximo el pasaje si revisamos nuestro carácter. No que seamos ya perfectos, sino que estamos en un proceso de cambio permanente, por la obra de Dios en nosotros, si en efecto estamos llenando nuestra mente con Su Palabra. Un carácter cristiano auténtico se forja con mucha paciencia y práctica. Paciencia para oír, obedecer y obrar - poner en práctica - la Palabra de Dios.
Sin duda, una de las experiencias más hermosas es la vida cristiana. Nadie que haya decidido seguir a Cristo ha sido defraudado. Su mundo se ensancha, sus relaciones aumentan y sus oportunidades son innumerables. Esto es porque Dios anhela que alcancemos nuestro máximo potencial como sus hijos.
Son demasiados los elementos que nos distraen y nos alejan de nuestra principal relación. El asunto es que si queremos cambiar nuestra manera de actuar lo primero que necesitamos cambiar es nuestra manera de pensar. Por eso es importante tener un tiempo con Dios cada día, porque nos va disciplinando para cambiar los pensamientos que por años se han instalado en nuestro cerebro y poner en ese lugar las promesas y principios de la Palabra de Dios.
Un error fatal es resistir a la verdad. Dicho de otro modo, resistir a Dios. Si hay algo que usted debe aprender muy pronto es que nadie, absolutamente nadie, puede resistir a Dios y no sufrir las consecuencias. Esas personas que asisten regularmente a la iglesia local y no cambian su manera de pensar, y menos su manera de vivir, entonces andan "siempre aprendiendo"; es decir, ellos "creen que aprenden" y sus maestros "creen que enseñan", cuando en realidad no está pasando nada, pues los frutos no evidencian su crecimiento. Recuerde que el pecado siempre lo llevará más lejos de lo que usted quiere ir, lo mantendrá distraído más tiempo del que quiere estar, y le costará muchísimo más caro de lo que usted pensaba pagar.

Recomendaciones prácticas

Usted no ha sido rescatado para ser un "amador de sí mismo". Dios lo sacó de la vana manera de vivir para ser un vehículo de Su amor. Para que Su gracia fluya por medio de hombres y mujeres que hicieron una gran decisión y que muestran un carácter auténtico, no importando las consecuencias y las circunstancias.
Usted es hijo(a) de un Dios santo. ¡Jesús le dio el poder para vivir como tal!

Ore por:

• Una vida consagrada en santidad y pureza, que refleje el amor de Dios en todo lo que piensa, dice y hace.
• Una iglesia que ora y levanta manos santas para alabar y bendecir a su generación.
• Una nación que está batallando contra la violencia, el maltrato de la mujer y el niño, y la ignorancia.