Leamos juntos 1Samuel 3:10 “…Habla, por que tu siervo oye”.
Hoy hablaremos de un gran profeta y el último juez de Dios, Samuel, que significa “Nombre de Dios” y quien pronuncio las palabras que acabamos de recalcar. Un hombre consagrado a Dios aun antes de ser concebido.
Recordemos la historia de Ana y Alcana, sus padres, que nos relata en el capitulo 1Samuel versículos 1 al 28. Ana no podía tener hijos y oro a Jehová por ello, y nos relata el versículo 10 y 11 que lloraba abundantemente, “pero oraba a Jehová”.
¿Qué fue lo que Ana hizo? volcó sobre Jehová de los ejércitos su alma entristecida, he hizo promesa a Dios, que manera de actuar la Fe! (lea Heb. 11:1).
Ya desde este momento, nos esta marcando que tipo de hombre sería Samuel.
Y nos sigue relatando que desde muy joven ya ministraba en el templo; pero que maravilloso, nos dice que una de sus obligaciones era abrir las puertas de la casa de Jehová, según podemos apreciar en 1Samuel 3:15, y le digo maravilloso, ya que no se lee que se sintiera diferente o superior al estar ya ministrando, sino que dice: habría las puertas, y ¡Cuántas veces nos hemos topado con personas que llegando quieren luego, luego ser el que sobresalga, a quien se le de un lugar preponderante o al que se le tiene que servir!, pero Samuel demostraba su humildad.
Y aquí viene algo muy importante y fue algo que marco verdaderamente la vida de este hombre, y leemos: “Y vino Jehová y se paro, y llamo como las otras veces: ¡Samuel, Samuel! Entonces Samuel dijo: habla por que tu siervo oye” (1Sam 3:11). Este momento tuvo que haber sido algo indescriptible, ese momento de contacto con Dios tan personal.
Podemos apreciar la gran susceptibilidad de Samuel al escuchar la voz de Dios y la contestación nos dice todo.
¿Cuantas veces Dios nos ha querido comunicar algo, cuantas veces nos ha estado hablando una y otra vez y no hemos podido identificar su voz? o simplemente no podemos oírle o incluso y mas grave aun no queremos oírle, y ¿saben por que? Por que no es lo que queremos, no es lo que nos conviene a nuestro entendimiento y de esta manera hemos dejado y seguiremos dejando un sin fin de bendiciones.
¿Hemos podido decirle a Dios?, habla por que tu siervo (sierva) oye. ¿Será que nos hace falta entrega? ¿Interés acaso?
Y la primera encomienda no fue nada fácil para Samuel, ya que tenía que hablar acerca del juicio que venía a la casa de Elí, quien era el sumo sacerdote, y al que tenía que avisarle que las consecuencias no se harían esperar, y esto por el pecado de sus hijos.
Y leemos en 1Samuel 2:22-24 “Pero Elí era muy viejo, y oía todo los que sus hijos hacían con todo Israel…”, 3.12-13 “…por que sus hijos han blasfemado a Dios, y él no les ha estorbado”.
Que palabras tan fuertes y a la vez tristes, y él no les ha estorbado.
¿Será que es fácil hacernos de la vista “gorda” ante el pecado de los demás y no decir nada?, tal vez por no tener conflictos o no perder la relación, o simplemente pensar, "No es asunto mío, el (ella) ya tiene conocimientos y le entregara cuentas a Dios”.
Pero las consecuencias nos llegan tarde que temprano, sea que estemos pecando, o simplemente estemos solapando una situación negativa delante de Dios, como decía hace un momento “hacernos de la vista gorda”
Pero Samuel fue obediente y le declaro a Elí las palabras que Dios mando (1Sam 3:18).
Y a nosotros a veces nos cuesta tanto trabajo hablar, ya no digo denunciando algo negativo, sino el hablar del evangelio, o peor aun, nos da pena que nos identifiquen como cristianos, sobretodo cuando se trata de ambiente de trabajo, o entre amigos.
Imagínense lo que habrá sido para el joven Samuel, tener que decirle algo tan fuerte a quien estaba siendo su maestro y protector y sobre todo siendo el sumo sacerdote del templo de Dios.
Pero el haber sido sensible y obediente, le hizo ser un buen instrumento de Dios.
Por ejemplo, ¿Que habrá estado haciendo Samuel, para que todo un pueblo dejara la idolatría? Definitivamente podemos darnos cuenta que no estuvo inactivo, que la relación con Dios era verdaderamente estrecha.
Nos dice la escritura que esto se logro 20 años después de que Samuel estuvo caminando con Israel. Y yo pregunto ¿Cuántos años tenemos nosotros en el evangelio, y como hemos logrado impactar la vida de los demás? ...y eso lo sabes cada uno de ustedes.
Aquí vuelvo a recalcar la importancia de establecer una buena comunicación y búsqueda de Dios, pero no cualquier búsqueda o encuentro, sino volvernos verdaderos adoradores de nuestro Creador y Señor, necesitamos sensibilizarnos a su voz, a su llamado, ya que sabemos que cada uno de los que estamos aquí tenemos algo muy importante que hacer para el reino, para Dios, pero que desafortunadamente no hemos terminado de entender o de descubrirlo.
Samuel, fue un hombre, un ser humano tan normal como lo somos nosotros ahora; una persona que se entristecía y lloraba, como lo hemos hecho muchas veces, casado y con hijos, lo tremendo de esto es que sus hijos (Joel y Abías), eran completamente opuestos a lo que él era, leemos en 1Samuel 3:1-3 “Aconteció que habiendo Samuel envejecido, puso a sus hijos por jueces sobre Israel … Pero no anduvieron sus hijos por los caminos de su padre, antes se volvieron tras la avaricia, dejándose sobornar y pervirtiendo el derecho”.
Cuantas veces nos llegan a los oídos testimonio de hombres y mujeres de Dios que tienen hijos completamente en malos caminos, drogadictos, o están en la cárcel o definitivamente no quieren saber nada de Dios, habiendo tenido como ejemplo toda su vida el testimonio de que Dios existe y que vive para cada uno de nosotros y sin embargo sus padres no miran hacia tras, siguen con su vista fija en Dios, sabiendo cual es su meta, y acabamos de tocar dos ejemplos Elí y Samuel
Ahí esta la importancia de esto, que no nos dejemos entrapar por los acontecimientos que tenemos alrededor, que no permitamos que las cosas nos afecten a tal grado que queramos dejar todo a un lado, mas bien, animemos a quien veamos que este débil en la fe.
Saben, Samuel fue un hombre arrojado, valiente, por que sabia que con quien él estaba era Dios, y que lo que hablaba era por que así lo requería Vemos que cuado el rey Saúl se adelanto a la llegada del profeta Samuel, y cuando este llega simplemente le dice que su reino ya no será duradero 1Samuel13.14, y no solamente pasa eso, si no que leemos mas adelante en capítulo 15à que Saúl vuelve a desobedecer al no darle muerte a Agag rey de Amalac y sus rebaños por orden de Jehová, y eso le gana el aviso de que morirá y Samuel se retira; 15.26 “…No volveré contigo; por que desechaste la palabra de Jehová y Jehová te ha desechado para que no seas rey sobre Israel”.
Y sin embargo hizo conforme a la petición de Saúl, le acompaño a adorar a Dios, o sea que le dio el último empujón para que no se alejara de Dios por completo, ya que Saúl quería reivindicarse, aunque ya estaba dada la sentencia.
Yo creo que Samuel estaba consiente del riesgo que esto le traía, pero eso no importo, sencillamente, ¡él confiaba en Dios!
Y mas adelante se vuelve a leer su valor y confianza en Dios, cuando El le da la orden de ir e ungir a quien sería el próximo rey. (16:1-2).
Y a nosotros nos da temor tantas cosas, que creemos que hasta nuestro trabajo esta en juego, o nuestra estabilidad en la escuela, o con los amigos.
Ahora bien, ¿Que tipo de relación tenemos con Dios? ¿Queremos escucharle?, ¿queremos verdaderamente Bendiciones?, ¿Que estamos haciendo para poder obtenerlas? Y ¿Que tan importante resulta para nosotros el que tengamos una entrega a El?, eso les corresponde evaluarlo a ustedes mismos.
Que gran privilegio el de este siervo de Dios, enumeremos:
Profeta, Juez, un gran mensajero de Dios y ungió a 2 Reyes; Saúl y David, entre muchas otras cosas.
Y ¿nosotros?
¿Qué somos?
Y me vuelvo a preguntar,
¿Estaremos consientes de la importancia de tener un contacto con Dios?,
¿Estaremos viendo la premura del asunto, dada las circunstancias actuales?
Repasaba mentalmente a cada uno de los miembros de nuestra Iglesia y somos bendecidos en sobreabundancia en muchísimas maneras, no solamente como iglesia que somos, por el edificio que tenemos, y las comodidades que existen, sino personalmente, tenemos casa, carro, salud (que de repente se mina pero que no es grave) trabajo (unos mas que otros tal vez), ahora bien, ¿cómo nos estamos desempeñando dentro del Evangelio?
¿Podemos decirle a Dios “habla que tu sirvo(a) oye” y no dejarlo nada mas así?, mas bien una vez que hemos oído ponernos en acción.
El mundo del cristiano no es simplemente escuchar y estar resguardados como pollitos en el nido, el mundo cristiano, es un mundo en completa actividad, de día y de noche, nuestros 365 días y “más”.
No podemos estar pasivos, ya que nuestro propio “instinto” como gente de Dios nos mueve a estar hablando a las personas de quien es nuestro Dios, el estar en oración e intercesión unos por los otros y más aún por quienes no han conocido de Dios o que se encuentran en peligro.
¿Que haremos la próxima semana?, una velada de oración por aquellos que se encuentren en riesgo por motivos del festejo de Halloween, por aquellos que son participes y queremos que salgan de eso, por sabiduría y anhelo de ser un buen instrumento vivo de Dios para el mundo.
Hace un tiempo un hermano comentaba acerca de la labor de muchos cristianos alrededor del mundo, que mientras unos duermen o dormimos, otros están en plena batalla espiritual por todos nosotros.
¿Cuanto tiempo le quitaremos a nuestro sueño? unas cuantas horas, en comparación de las grandes victoria que obtendremos, y mañana dormiremos y serán otros los que estén en intercesión y así sucesivamente.
Y quien no evangeliza, esta predicando y otro tal vez intercediendo y otro repartiendo algún folleto o tratado, y aun mas y mas, ¿se dan cuenta por que nuestro mundo es un mundo en completa acción?.
Que bueno es que pertenezcamos a ese mundo y participemos de todo esto.
Y mas bueno es cuando nos hemos hecho sensibles y obedientes a la voz de Dios, y podemos pronunciar una y otra vez “HABLA QUE TU SIERVO OYE.”.
AMEN
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