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miércoles, 3 de junio de 2015

Recomienzo Con Cristo

Es importante que entendamos, que estemos prevenidos que pueden llegar a suceder cosas de tal manera que afectaran nuestra relación con Jesucristo y que cuando estamos susceptibles a eso, los estragos no solamente nos tocarían a nosotros si no también a quienes nos rodean, de alguna manera podríamos compararla como a una enfermedad silenciosa o invisible, que para cuando nos percatemos de ello ya nos a afectado.

Tenemos un ejemplo maravilloso en la escritura, uno entre tantos, gracias a Dios, que nos sirven no solamente para ayudarnos a darnos cuentas de nuestros errores, sino a prevenir situaciones por demás dolorosas.

Leamos un poco en el libro de Juan, donde nos relata después de que nuestro Señor Jesucristo a sido crucificado, y ha resucitado, se le presenta primeramente a María Magdalena, después se le ha presentado a sus discípulos donde se da el muy famoso relato de Tomás, y nuevamente se les presenta durante una pesca.

Juan 21:1 “Después de esto, Jesús se manifestó otra vez a sus discípulos junto al mar de Tiberias; y se manifestó de esta manera…y era la tercera vez que se presentaba”.

No se relata nada acerca de lo mal que nuestro Señor la paso, no se relata ningún tipo de queja por parte de El, de cómo lo dejaron prácticamente solo, ni se hace recuerdo de la última vez que compartieron la cena.

Lo interesante de esto, es que en este capítulo hay una conversación con Pedro, aquel discípulo que muy convencido de si mismo le contesta Lucas 22:33 “…Señor dispuesto estoy a ir contigo no sólo a la cárcel, sino también a la muerte” y sin embargo leemos que “lo negaría tres ocasiones” (Mt 26:34-35).

Recordemos un poquito lo acontecido en el relato de Juan 18:10 “Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la desenvainó, e hirió al siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha. Y el siervo se llamaba Malco”. Jesús esta siendo apresado, Pedro, dentro de su valentía y amor por Jesús se lanza para defenderle y corta la oreja a uno de los soldados, aunque muy seguramente no era precisamente su intención cortar solamente la oreja, pero el caso es que aquí queda momentáneamente la lealtad y fidelidad a su Señor ya que inmediatamente sale corriendo al igual que los demás discípulos.

Pero podemos leer que Pedro tenía algo, ya que se dice que el se quedo cerca, obviamente quería saber que estaba pasando y como resultado surge las 3 ocasiones que habría de negar a Jesús, Mateo 26:69-75 dice “…y saliendo fuera, lloró amargamente”. Y en el libro de Lucas 22:54-62 nos relata nuevamente la negación de Pedro, pero dice algo muy interesante, en el v.61 “ENTONCES VUELTO EL SEÑOR, MIRO A PEDRO; y Pedro se acordó de las palabras del Señor”.

¿Se pueden imaginar lo que habrá sido para Pedro que aun en esos momentos tan terribles Jesucristo volteara a verlo?, esa mirada debió de haber puesto muy mal a Pedro ya que la expresión Y LLORO AMARGAMENTE dice todo.
Yo puedo ver que en la reacción de Pedro hay dos cosas, primeramente temor al dolor, ya que sabia mas o menos lo que se esperaba al ser preso de los soldados Romanos y por otra parte un pequeño tropezón en su relación con Jesús, pero por un tiempo solamente, esa devoción que le mostraba y que lo llevaba a estar presto siempre junto a Jesucristo, ese “AMOR PROFUNDO” o devoción de momento se vio afectada y yo creo que incluso para Pedro resulto en sorpresa.

En el caso de nosotros, es muy probable que tengamos algo guardado en nuestro interior de lo que pudiéramos no estar muy consientes y tal vez somos como Pedro, valientes y audaces en el evangelio y sentimos que nos morimos en la raya y como lo leímos la semana pasada en Romanos 8:38-39 “…nada nos separara del amor de Cristo”, pero que en un momento determinado podríamos flaquear, he ahí la importancia que lo podamos identificar a tiempo, ya que para que cuando vengan los momentos difíciles no nos tome de sorpresa y que esa relación bonita que tenemos con nuestro Creador no se lastime.

A eso me refería al principio de que a veces se presenta como una enfermedad silenciosa y lo difícil será que nos demos cuenta de ello cuando nuestra relación con Jesús este minada y tengamos que llorar amargamente.

En Juan 21:15-22 Jesús tiene una conversación muy interesante con Pedro, y por 3 ocasiones le pregunta si le ama y no solo eso sino que le da a saber de que manera habría de morir. Esta parte es tan curiosa ya que Pedro le niega por 3 ocasiones y Jesús le pregunta si le ama, también en 3 ocasiones, y si se dan cuenta no hay ningún tipo de comentario por parte de nuestros Señor con respecto a la negación de Pedro y no solo eso sino que Jesús confía una vez mas en él, y lo podemos ver con una corta palabra en Juan 21:19 “…SIGUEME”, de alguna manera le pide que vuelva a caminar con El.

Cuando nosotros hemos perdido nuestra devoción en Dios, esa disposición de hacer su voluntad y adorarlo, la única manera de poder reestablecer esa relación no es haciendo y haciendo mil cosas, mas bien es estando con Jesús, siguiéndolo nuevamente. SIEMPRE tenga presente lo importante que es que Jesús sea el invitado principal a nuestra vida, el que tengamos largas pláticas con El y reaprender de El.

Pedro amaba verdaderamente a Cristo solamente que ganarían sus debilidades en algunas ocasiones, Pedro ese hombre rudo e impulsivo, quien tuvo que reaprender y aprender a tratar a los cristianos gentiles como a iguales, se convirtió en uno de los lideres seguidores de Jesucristo, ¿que vio nuestro Señor en este discípulo? seguramente no al hombre perfecto, sino mas bien a alguien que podría llevar acabo la gran labor de darle a conocer al mundo quien es este Dios maravillosos que tenemos.

No siempre nos gusta reconocer nuestras debilidades o fallas, no siempre nos gusta que se nos diga lo que tenemos que hacer o lo que no estamos haciendo, mas aun cuando ya tenemos alguna madurez, no solamente física sino espiritual, pero es sumamente importante que estemos dispuestos y seamos humildes cuando tengamos que hacer los cambios necesarios y no fallar, de arrepentirnos y buscar el rostro de Dios.

¿Que paso con Pedro? peleo como un gran guerrero al lado de Jesús, pero fallo por un instante, sin embargo Jesús obviamente le perdona su debilidad y Pedro se convierte en un gran seguidor de Cristo, declarando las buenas nuevas de salvación.

Y Ahora bien ¿que hay de nosotros? ¿Nos ganan las debilidades y queremos salir corriendo? tal vez si, y es normal, pero si hacemos el esfuerzo de no perder de vista lo que significa el sacrificio de Jesús, que El una y otra vez caminará junto a nosotros y platicará con nosotros, entonces seremos susceptibles a escuchar de El una y otra vez SIGUEME de igual manera en que se lo expreso a Pedro.


AMEN

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