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martes, 2 de junio de 2015

Primer Amor




Quien no recuerda cuando se hizo cristiano, los primeros meses de nuestro caminar con Jesús un periodo en que nos estregamos a Dios de tal manera, que el tiempo no importaba, tal vez fue el periodo cuando mas Oramos y Ayunamos, cuando nuestra prioridad era conocer mas de Cristo y servirle, cuando sentimos que Satanás nos hacia los mandados y lo agarramos a sombrerazos.

Pero ¿que pasa con el transcurrir del tiempo? Deja de ser nuestra prioridad y nos empezamos a enfrascar en tantas cosas que a veces si nos queda tiempo para darle una pequeña oración a Dios.

¿Cuántos de ustedes creen que ya han terminado de conocer al Señor?. Yo creo que ninguno de nosotros tendremos vida suficiente para terminar de conocer a nuestro maravilloso Dios.

Lo irónico es que apenas lo estamos conociendo, cuando nos hemos dado la media vuelta, el cansancio, la desilusión y un sin fin de aconteceres nos hacen descuidar de tal manera las cosas que la mayoría de las veces pensamos que estamos en buena relación con El, pero solo lo pensamos y confundimos el mucho trabajo, el mucho servicio con el amor que le tenemos, y creemos que vamos por buen camino, pero que sorpresa grande nos podemos llevar si nos damos cuenta que estamos mas que fríos y que estamos haciendo las cosas por cumplir simplemente o por mero compromiso.

Veamos un poco del mensaje a las iglesias de Efeso y leamos en Apocalipsis 2:1-4 “Escribe al ángel de la iglesia de Efeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto: Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos,…y has sufrido, y hasta tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. PERO TENGO CONTRA TI, QUE HAS DEJADO TU PRIMER AMOR”.

Que tremendo debió de haber sido para esta Iglesia que siendo tan prospera y tan trabajadora Dios mismo le dijera acerca del amor perdido.

Y podemos darnos cuenta que nos esta hablando tal vez a nosotros, ya que hemos trabajado arduamente en la iglesia, que tal vez no soportamos mucho a la gente que es de doble animo o hipócritas, que ha habido momento en que verdaderamente la hemos pasado mal por estar siguiéndolo y con todo y eso ya no sentimos ese Amor por Dios como el que teníamos al principio.

Y el peor de los casos es que no estemos consientes de lo que nos esta pasando y no solamente en lo personal sino como iglesia que somos.

Y podríamos hablar mucho acerca de la iglesia de Efeso, por ejemplo y solo por nombrar algunas de las cosas, era una iglesia que parecía que las cosas estaban bien, todo se veía tan perfecto, que contaban con la aprobación del Señor a todo lo que se hacia. Pero el ojo de Dios, que puede ver lo que nosotros no vemos, que ve el corazón, detectó que había una falla.

Cuando empezamos a declinar en nuestro caminar con Dios y se comienza a perder eso de tenerlo en primer lugar, en PERDER NUESTRO PRIMER AMOR, estamos corriendo gran peligro podríamos esta comenzando nuestra decadencia y por consiguiente venir acompañada de nuestra ruina espiritual.

Proféticamente el libro de Mateo 24:12 nos enseña “y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriara”. ¿Será acaso que estamos viviendo los tiempos finales como nos lo advierte la escritura y no queremos hacer caso?.

Innegablemente se están viviendo tiempos difíciles en todos los ámbitos y muchas veces creemos que estamos nadando contra la corriente, pero eso implicara que tengamos que echarnos a correr en sentido contrario, es tiempo de renovar nuestra búsqueda de Dios.

Ahora bien ¿Qué querrá decir esto de que “has dejado tu primer amor”? ¿Será que nos hemos alejado de Cristo, que ya no le servimos ni le amamos?. No precisamente pero algo si es seguro lo hemos relegado a un segundo termino o mas, le hemos dado prioridad a nuestros trabajos a nuestros esposos o esposas a la familia en si.

Jesucristo nos dice en Mateo 10:37 “El que ama a padre o a madre, o a hijo o a hija más que a Mí, no es digno de Mi”. Ahí podemos entender “Yo debo de ser el primer amor de tu vida. Yo debo de ser el primer amor de la Iglesia”.

Creo que la expresión “el primer amor”, quiere decir también “el amor que sólo puede producir el Primero, Cristo Jesús. Y no estamos hablando de un amor producido por la naturaleza humana, sino de un amor que sólo lo puede producir un ser tan maravilloso que tal vez se sale de nuestro entendimiento cuando leemos Juan 3:16 “…de tal manera amo Dios al mundo que dio a su hijo unigénito, para que todo aquel que en él crea no se pierda mas tenga vida eterna”.

ESTAMOS HABLANDO DE UN AMOR CELESTIAL ALGO QUE SE NOS DIO PRIMERON Y QUE NOSOTROS HEMOS DEJADO DE VALORAR.

Y podríamos decir, ¿YO? pero si lo amo y le sirvo y asisto a todas las reuniones y leo mi Biblia y oro y me porto bien, etc. Con todo y esto, ya no nos desgastamos como al principio por servirle, y que bueno es que hayamos aprendido a descansar en El, a confiar en El, pero pregúntense, ¿siente usted lo mismo hoy por Dios, ya le conoce mejor ya ha caminado años con El, pero le ama de la misma manera?

Después leemos en Apocalipsis 2:5 “Recuerda por tanto de donde has caído, y arrepiéntete y haz las primera obras, pues si no vendré pronto a ti y quitare tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido”.

Ahora analicemos un poquito, ¿de donde habremos caído? de una adoración maravillosa, de una gran relación que teníamos con nuestro señor y Dios donde nuestros momento de oración, eran verdaderas conversaciones con El y sin embargo al día de hoy podríamos decir que se han convertido en monólogos donde nos acercamos solo a habla y hablar sin darnos tiempo para escuchar la voz de Dios, y El tiene tantas cosas importantes que decir, tantas cosas para guiarnos, pero en nuestras muchas ocupaciones y ruido a través de las mismas ya no nos damos el tiempo para escucharlo.

Arrepintámonos ¿de que? de no hacer las primeras obras, de aquellas que hacíamos, cuando sentíamos que volábamos en el nombre de Cristo, que todo nos parecía tan increíble a medida que íbamos aprendiendo cada vez mas y mas del Señor, pero pareciera que sentimos que ya hemos aprendido lo suficiente, que ya no necesitamos mas del Señor, amenos que tengamos problemas o cualquier tipo de necesidad.

Lo maravillosos de esto es que podamos darnos cuenta de nuestra situación espiritual y podamos echar vuelta a atrás y comenzar de nuevo en el sendero de Dios el que nos llevara a una vida plena

Esta era la experiencia de vida de la Iglesia de Efeso, donde Cristo era el centro, donde Cristo era la vida de la Iglesia, donde Cristo era el corazón pleno y que vivía apasionadamente por Cristo, y nosotros ¿Qué hay de nosotros, de nuestra iglesia, de nuestra familia? ¿Cristo lo es todo? ¿Realmente estamos viviendo una vida Cristo céntrica?

Eso solamente en nuestra intimidad con Dios podremos reconocer y conversarlo con El, y lo que si es seguro que cuando hayamos abierto nuestro corazón plenamente a Dios las cosas nos comenzaran a cambiar y regresaremos a esas primeras obras.

Podemos tomar como ejemplo la relación tan estrecha que hubo entre el Juan y Jesucristo que leemos en Juan 13:23,25 “Y uno de sus discípulos al que Jesús amaba, estaba recostado al lado de Jesús…recostado cerca del pecho de Jesús, le dijo, ¿Señor, quien es?...”

No creo que este relato nos refleje que Jesucristo hubiera hecho diferencia entre sus discípulos, yo creo que simplemente Juan había abierto su corazón de tal manera, que fue receptivo y estuvo abierto a nuestro Señor y que eso lo hizo tener un amor mas profundo a Cristo. Fíjense como en medio de estos versículos (24) Simón pedro le hace la señal para que le pregunte a Jesús que había de ser. ¿Por qué no la hizo él directamente? o sea que la diferencia la hacían ellos y hoy la hacemos nosotros. Si nuestra disposición fuera como la de Juan, si nuestro corazón es como el de Juan, si la abertura de nuestras vasijas es como la de Juan, usted y yo vamos a experimentar el mismo amor y relación que experimentó él por nuestro Señor Jesucristo.

Nos dice Romanos 8:38-39 “…ni la muerte, ni la vida, …ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos separara del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.


AMEN


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