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jueves, 4 de junio de 2015

A Solas Con Dios





¿Cuando fue la última vez que estuvo a solas con Dios?, ¿Cuándo fue la última vez que no solo fue a la presencia de Dios a pedir y entregar problemas sino a conversar con El?.

Hablando de manera literal, cuando estamos dentro de una relación de matrimonio por ejemplo, que necesario es que tengamos una platica con nuestra pareja día a día, pero a solas, donde nos podamos desahogar, quejar y entusiasmar por el día trascurrido, el momento en el que podamos hablar de nuestras aventuras y planes, hacernos cariñitos con palabras lindas, sin que tengamos a los hijos a un lado; y tal vez escogemos ya que todos se han dormido para poder tener esa platica a gusto y sin interrupciones; o que tal cuando entre amigas o amigos nos invitamos a tomar café, pero no en casa en algún lugar donde podamos platicar a gusto y sin interrupciones mas allá de los que entran o salen del lugar, etc.

De la misma manera nuestro Señor Jesucristo nos da ejemplo de lo importante es que podamos hacerlo con Dios, Mateo 14:23 “Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo”.

La oración es el medio por el cual nos acercamos a la presencia de Dios y podemos tener comunión con El. La Biblia nos anima una y otra vez a orar. Se nos dice que la oración debe ser parte esencial de la vida de todo cristiano. Dios desea que sus hijos le busquen en oración.

Una forma de orar muy eficaz es la oración en grupo. En varias ocasiones se presentan ejemplos de personas que oraron unidos como grupo. Un ejemplo perfecto es el día de Pentecostés, cuando estaban todos unánimes en oración. “Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos” (Hc 1:14).

Y mas adelante leemos en Hechos 2:41-42 “Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones”; nos podemos dar cuenta de la unión de los discípulos para orar.

Otra forma de oración es en pareja. Hay ocasiones en que también existe la necesidad de orar acompañado de otro compañero que esté de acuerdo con uno para pedir a Dios. Jesús dijo en Mateo 18:19-20 “Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos, por que donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”.

Al igual que la oración congregacional o en grupo, la oración en compañerismo Cristiano con dos o tres hermanos, es de grande importancia en la vida de los creyentes ya que a través de ello recibimos y damos apoyo, nos edificamos y además de demostrarnos lo mucho que nos preocupamos como cuerpo de Cristo que somos.

Cualquier manera de estar en oración con Dios es importante, pero es muy necesario que demos un especial cuidado o atención a nuestra oración personal o a solas con Dios.

Jesucristo acostumbraba a irse lejos de la multitud para estar a solas. Después de ser bautizado, Jesús fue llevado por el espíritu al desierto (Mat.4:1), también como leímos al principio de Mateo 4.23 “…y subió al monte a orar a parte”. Allí pasó tiempo en comunión con Dios. Cuando los judíos lo quisieron hacer rey, en contra del plan divino, Jesús se fue de ellos a un monte donde estuvo a solas con Dios. Juan 6:15 “Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de él y hacerle rey volvió a retirarse al monte el solo”.

Hombres como Job (1:5), Elías (aparece a partir del cap. 17 de 1 Reyes), David, Daniel oraban solos. Pasaban tiempo con Dios a solas en la oración. Mujeres como Ana la madre de Samuel, se nos dice que se fue sola al templo a orar a Dios 1Samuel 1:10-11.

Estos nos sirven como ejemplos de gran importancia los cuales debiéramos tomar como patrón en nuestras vidas, pero lo más importante de la oración a solas con Dios, no es solo el ejemplo de estos hombres y mujeres de Dios sino el hecho de que Cristo nos anima a tener una comunión personal con El. Mateo 6:6 dice “Mas tú cuando ores entra en tu aposento, y cierra la puerta, y ora a tu Padre que esta e secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”. Claramente Jesús nos habla de estar a solas con Dios, más que una simple recomendación ó consejo son un importante mandamiento.

Nuestras oraciones a solas son importantes a Dios, así como lo son acompañados o públicas, pero cuando entramos en una relación intima con El, no solamente podemos explayarnos en nuestras peticiones sino que agradecemos de manera diferente.

Mayormente estamos muy dispuestos a orar en grupo o congregacionalmente, no tenemos problemas en orar junto con otros cristianos; pero la oración a solas a algunas personas les llega a resultar difícil. Sin embargo los momentos a solas con Dios tienen un gran impacto en la vida de todo creyente. Existen ciertas cosas que hacen del orar a solas un acto de importancia especial.

Primeramente es un indicativo de humildad, ya que no tenemos que hacer ningún tipo de exhibición para que se note que “estamos orando” como lo hacían los fariseos Mateo 6:5; es algo que solo quedara entre Dios y nosotros.

Podremos darnos cuenta de que tan comprometidos estamos con Dios, que tiempo estamos invirtiendo en su búsqueda y consejo, no por que tengamos necesidades o aflicciones, sino por que verdaderamente le buscamos por deleitarnos en su presencia como nos lo dice Salmos 37:4 “Deléitate así mismo en Jehová, y El te concederá las peticiones de tu corazón”.

Cuando entramos en esa privacidad que nos da el estar a solas con Dios nos resultara mas fácil alabarle y exaltarle, abrirle nuestro corazón, volcar nuestros sentimientos completamente a El, demostrándole de esta manera nuestra confianza absoluta solamente en El, no teniendo el pendiente o preocupación o tal vez un poquito de pena el pensar que los demás se darán cuenta de lo que tenemos, de nuestras debilidades o temores.

Leemos como el rey David clama a Jehová en Salmos 5:1-3 “escucha oh, Jehová, mis palabras; considera mi gemir. Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío. Porque a ti oraré. Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; De mañana me presentaré delante de ti, y esperaré”.

Regresando a Jesucristo, fíjense como al estar próximo su arresto, el final del propósito para el que había el venido, se aparto de su discípulos y oro, entro en un momento intimo y bien personal con su Padre celestial, Jesús necesitaba algo muy especial por parte de Dios, ya que lo que venia no sería absolutamente nada fácil y necesitaba ser fortalecido.

Cuando queramos tomar decisiones, que pudieran ser mas aya de lo que acostumbramos hacer, tomemos un tiempo con Dios, leamos como Jesús le busco, Lucas 6:12 “En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios. Y cuando era de día, llamó a sus discípulos, y escogió a doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles”. Esto resultaba verdaderamente importante, y no por que lo demás no lo fuera, solo que estos doce hombres tenían que ser preparados especialmente para que tomaran control de la situación una vez que El ya no estuviera.

Sin embargo, sabemos que cualquiera que sea la situación, muy importante o menos importante, es necesario que lo pongamos a consideración de nuestro Creador y Dios.

Y tenemos más que sabido que el nos recompensara tarde que temprano, Las grandes batallas y los grandes logros públicos se ganan en no a la vista de todos, sino en lo secreto de nuestra relación con Dios. David, oraba en secreto y confiaba en que Dios le daría una recompensa pública.

Salmos 55:16-18 “En cuanto a mí, a Dios clamaré; Y Jehová me salvará. Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré, Y él oirá mi voz. El redimirá en paz mi alma de la guerra contra mí, Aunque contra mí haya muchos”.

Leemos en el libo de 1 Reyes 18:18-40 como es que Elías al hacer frente a los profetas de Baal disfruta de una gran victoria publica que Dios le da, Dios respondió su corta oración instantáneamente. Fuego bajo del cielo y consumió el holocausto y el agua en presencia de todos. ELÍAS CONOCÍA A SU DIOS PORQUE PASABA TIEMPO A SOLAS CON EL.

Y posteriormente Santiago nos lo pone de ejemplo y leemos en Santiago 5:17-18 “Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras y oro fervientemente para que no lloviese… Y oró otra vez…”. Leímos que Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, o sea que era un hombre común (por ejemplo se burlaba de los profetas) y corriente como lo somos nosotros, pero él marco la diferencia, fue un hombre entregado a Dios y que definitivamente para tener una relación tan intima con El es por que la hemos cultivado, la oración de Elías no fue estruendosa ni de mucha palabrería, y el fin de esto lo leemos en 1 Reyes 18:37 “…para que conozca este pueblo., que tú, oh Jehová eres Dios…”.

Daniel un hombre de oración constante (Daniel 6:10), también fue recompensado públicamente cuando fue acusado injustamente por los hombres de Babilonia. Y sabiendo que era en contra de la ley de los hombres, Daniel permaneció firme en su decisión de pasar momentos a solas con su Dios. Dios le recompensó!

Y que tal Ana, la madre de Samuel quien fue recompensada en público por haber buscado a Dios a solas! Dios le concedió el hijo que tanto deseaba, todos, incluyendo a Elí quien la acusó de ebria pudo ver la recompensa de Ana.1 Samuel 1:10-14 y 20-21 no solamente siendo un hijo (Samuel) sino que la escritura nos dice que hubo 5 más (3 hombres y 2 mujeres).

Podemos estar seguros de que CUANDO BUSCAMOS A DIOS EN ORACIÓN, EL NOS RECOMPENSARÁ. Dios se interesa en ‘recompensar’ a sus hijos. Mateo 6:6 “…y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. En la carta a los Hebreos 11:6 se nos dice que Dios es galardonador de los que le buscan.

Recapitulando un poco ¿Cómo podremos establecer nosotros mismos un momento a solas con Dios? Podríamos tomar como ejemplo lo que tenemos en la escritura y mejor no lo vamos a tener fuera de nuestro Señor Jesucristo y retomando el texto principal Mat 30 14:23 “Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo”.

Si nosotros queremos empezar a establecer una relación intima con nuestro Dios, comencemos “despidiendo a la multitud”, o sea, buscar un tiempo y espacio para estar A SOLAS CON EL, sin que nadie ni nada nos perturbe, subamos al monte como Jesús lo hizo, vallamos directamente a la presencia de Dios y oremos, disfrutemos de esa intimidad con El.

Dejemos que nuestro Señor y Dios nos consuele, enseñe y guíe, para que cuando llegue el momento de descender de ese Santo monte estemos lo suficiente mente fortalecidos para afrontar cualquier situación que se haya presentado en nuestra vida. Dice en el libro de Hebreos 4:16 “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno Socorro”.

Y leemos la más maravillosa de las promesas, Amos 5:4 “Pero así dice Jehová a la casa de Israel: BUSCADME Y VIVIREIS”.


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