Nunca es tarde

Me gusta repasar la parábola del hijo prodigo. Generalmente la historia se enfoca en la descripción del comportamiento del hijo prodigo, pero en lo más profundo de la historia, y la gran enseñanza que es el espíritu de la letra es la demostración del carácter, amor y misericordia del padre. Sin embargo, me llama mucho la atención la actitud que toma este joven cuando ya había tocado fondo la expectación, curiosidad e ilusiones que tenia al pedir su herencia y dejar su casa, su padre y su comodidad.

Como un pordiosero o como en ingles se dice, un homeless, haciendo uso de una de las cosas que Dios ha dado al ser humano, la inteligencia, y la capacidad de tomar decisiones, la voluntad, él al verse en una condición tan degradante y hasta humillante, decidió perder toda la pena, la vergüenza, al no solo reconocer su pecado, su error, y su fracaso sino la vergüenza que sentirá al presentarse en esta condición ante su padre.

Hacer esto para algunos podría ser humillante, y vergonzoso. Más este joven vio que nunca es tarde para reconocer el error que se ha cometido, para enmendar la falta a la cual se ha incurrido, y para vindicarse del fracaso al cual se ha llegado. Más bien entendió que el volverse a su padre era la mejor alternativa, y la más maravillosa oportunidad para salir de la situación degradante al que había llegado. Me encanta el cambio de actitud del hijo prodigo, pero más admiro y amo la actitud misericordiosa y perdonadora del padre. Este padre simboliza al nuestro Dios, quien por naturaleza es amoroso, perdonador, justo y misericordioso. Es tan grande y profundo su amor, que no importa el pecado, la falta, el fracaso, y el error que hayamos cometido, si tan solo tenemos el coraje, el valor, la humildad, y el carácter para reconocer nuestro error delante de él, y le pedimos perdón, ese padre bello nos perdona todo.

Esa es la intención de los profetas, Hageo y Zacarías en sus escritos. Uno que el pueblo entienda que están donde están por un propósito de Dios. Dos, también deben saber que en todo tiempo, Dios disciplina a su pueblo cuando este no hace lo que le corresponde. Pero eso sí, cuando uno, una familia, o todo el pueblo reconocen su pecado, pide perdón a Dios, yo sé, que Dios lo perdona porque Dios es amor. El llamado de Dios en Zacarías 1 al 5 es a volverse a Dios, como escribió Hageo, después de meditar en sus caminos, lo bueno es que todos se vuelvan a Dios en vez de que regresen a sus guaridas pecaminosas y rebeldes. Esa es la intención del profeta porque su mensaje describe el mucho sufrimiento que vendrá, el castigo que vendrá más adelantito.

Miro con tristeza, y a veces hasta con celo y desesperación a personas que en otro tiempo han estado fieles a Dios, pero por a o b razón, hoy sirven al diablo, descreditan al evangelio, y a veces como sonámbulos actúan como que si lo que hacen no es pecado. Oro por ellos, los saludo, pero mi deseo mayor es que reconozcan su pecado, y con valor pidan perdón a Dios y a todos los que han ofendido comenzado con los miembros de su familia. Mis amigos que están en esos malos caminos, jamás es tarde para reconocer sus flaquezas, para Dios siempre es tiempo oportuno. Vamos, hermano, si conoces a alguno que está en esta misma situación, ve y en el nombre de Dios hazle regresar al camino, convéncele de que regrese a Dios, pues él le está esperando como el padre del hijo prodigo, con los brazos abiertos, con alegría en su alma, y con plena seguridad de que en ese momento cambian las cosas y no te preguntara lo que hiciste, solo te abrazara, y desde ese momento será un nuevo comienzo.

Mi consejo es que vuelvas a Dios, que ayudes a otros a volverse a Dios, y que trabajemos juntos para hacer volver a muchos a Dios. Hazlo hoy, mañana podría ser tarde, el juicio de Dios viene sobre todos.