Nuestra visión como Iglesia Ejército Evangélico de Chile, Pedro Leon Gallo, es que realmente Chile sea para Cristo, y que muchas almas sean alcanzadas a través del anuncio del evangelio. Ademas ofrecer esperanza a las personas y proporcionarles las instancias suficientes para que la gente alcance a través de Jesús la salvación y la transformación de sus vidas.
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lunes, 29 de enero de 2018
La Ultima Palabra
Los médicos y los científicos se han equivocado muchas veces y de muchas maneras dictaminar que una persona es declarada sin vida. Por un lado, son los médicos los que con frecuencia se equivocan al decir que esto se da cuando el corazón del paciente deja de palpitar. Otros dicen que cuando el cerebro pierde toda su habilidad tanto motriz como psicomotriz. Un tercer grupo de personas que dicen que simplemente cuando la personas deja de respirar. También los médicos se equivocan al establecen tiempo para que un paciente muera. Bueno, por el otro lado, los científicos se han equivocado muchas veces y en muchas maneras, en cuanto al origen y final del hombre. Es muy importante aceptar y reconocer que solo Dios tiene la última palabra. Los videntes, los brujos, los que pronostican el futuro de las personas, los agoreros, y los que leen la mano, son personas que todo el tiempo se están equivocando.
Esto es así porque Dios, quien sabe todo, está en todo, y puede hacer todo; está sobre todo y controla todo. Aunque no debemos olvidar que Satanás tiene poder, poder limitado por Dios, para hacer milagros también. Por consiguiente, muchos de estos engañadores, que hacen pronósticos, muchas veces se cumplen, por la intervención del diablo. Es más, hay pastores o predicadores en este tiempo que se han vuelto expertos en prometer y pronosticar, algunas veces se cumplen lo que dicen porque Dios se los permite, otras veces se cumplen por el poder de Satanás. Sin embargo, muchísimas veces no se cumplen porque Dios no se los permite. Bueno, lo triste es cuando nosotros los cristianos nos enfrentamos a cosas que no podemos resolver por sentimos imposibilitados. Pero más difícil es cuando oramos a Dios para que él haga su voluntad pero dentro de nuestro corazón estamos deseando una clase de respuesta aun cuando con nuestros labios le digamos a Dios que se haga su voluntad. El problema es cuando Dios hace su voluntad, la respuesta es totalmente lo opuesto a lo que nosotros deseábamos dentro de nuestro corazón. Tal realidad, crea en nosotros un sentimiento de decepción, desilusión, la fe como que se decae, y como que no nos sentimos satisfechos con la acción de Dios. Significa esto que jamás le dejamos actuar libremente a Dios aunque se lo dijimos. Tenemos que aprender que Dios tiene la última palabra en todo. Isaías nos presenta un ejemplo de esto, que Dios tiene la última palabra y que confiar en él es lo mejor. El capítulo 38 de Isaías nos cuenta de la experiencia que vivió el rey Ezequías, a quien Isaías, por orden de Dios, vino a traerle la noticia de que ordenara su casa porque moriría de la enfermedad que tenia (v.1). Que Dios cambie su forma de cumplir su voluntad, en la Biblia son pocos los ejemplos. El caso de Sodoma y Gomorra, Dios iba cambiando según la intercesión y petición de Abraham, pero su decisión inicial de destruirla, se cumplió finalmente. En el caso de Nínive, Jonás predico que en 40 días seria destruida, pero por la conversión de todo el pueblo no la destruyo en ese momento, la perdonó, pero muchos años más tarde, Dios cumplió su voluntad al destruirla. En el caso del hijo de la viuda que Elías resucito, pues ya había muerto, pero Dios le permitió volver a vivir, pero más tarde murió. Así fue el caso del amigo de Jesús, Lázaro, ya tenía 4 días de haber muerto, pero Jesús lo resucito para vivir un tiempo más, pues años después murió definitivamente. Este es el caso del rey Ezequías, Dios ya había dado la orden que moriría. La voluntad de Dios era que muriera, pero el rey oro de tal manera que Dios cambio temporalmente la manera de cumplir su voluntad, al concederle 15 años más de vida al rey, pero después moriría. Insisto, Dios es soberano, y no está condicionado a nada, y todo lo que hace es perfecto, su aparente cambio de planes no cuestiona para nada su perfección. El tiene el derecho soberano por decreto eterno, por la virtud de su presciencia, sabe lo que hace, porque lo hace y para que lo haga. Tal virtud a nosotros no nos es permitida tenerla, que es lo que Eva quería llegar a tener, es lo que Satanás ha luchado por alcanzar, es lo que muchos científicos ignorantes e ilusos pretenden hacer en sus laboratorios. Ante esta maravillosa verdad, nos queda solo aprender a confiar en Dios y dejarle a él todos nuestros anhelos, sueños, planes, y proyectos. Él sabe lo que es mejor para cada uno de nosotros, no se equivoca en nada, y todo lo que hace está de acuerdo al plan específico que tiene para cada uno de nosotros. Nosotros no podemos coartar, obligar, y ni manipular a Dios para que actúe según nuestros deseos y/o caprichos. Saber que Dios es soberano, todopoderoso, que sabe todo, y que está en todo, y sabe hacer bien todo; debe darnos confianza en que él no solo no tiene nada que le sea imposible para hacer, sino que tiene toda la libertad, el derecho y el poder para hacerlo, cambiar sus planes ante nuestra vista, sin que esto nos afecte. Al contrario, todo cambio, decisión y acción de Dios es beneficiosa para nosotros, querremos o no, creamos o no. La Biblia dice que el rey Ezequías oro profundamente a Dios, le expreso su deseo de vivir apoyado en su vida íntegra que había tenía hasta ese día. Dios conociendo su corazón y que las palabras estaban de acuerdo con lo que el rey era, retardó el cumplimiento de su voluntad por 15 años, lo cual describe a un Dios comprensivo, misericordioso, amoroso, y que nos entiende.
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