Juan 5:1-15 nos relata la historia de los enfermos que asistían al estanque de Betesda para poder ser sanados. Hoy veremos un tipo de enfermedad, una manera de estar postrados, que la mayoría de las veces podría pasarnos desapercibido.
Cada día nos enfrentamos a grandes retos, desde el momento en que nos estamos levantando, cuando tenemos que salir a la calle, y en las grandes ciudades donde prevalece la ley del más fuerte en donde predomina el egoísmo, la falta de interés por el prójimo, el ver quien llega primero.
¿Han observado a la gente? sus expresiones, corren, empujan arrebatan, no importando sexo ni edad, se pudiera decir que tienen una gran energía, que no están enfermos y si lo están lo disimulan muy bien o simplemente lo olvidan a causa del estrés, pero la pregunta forzada sería, dado que obviamente están vivos físicamente, ¿estarán vivos espiritualmente?. Por que espiritualmente tal vez estén postrados, enfermos o hasta paralíticos como el personaje del relato Bíblico.
Su enfermedad no siendo física pretenden aliviarla con distracciones, alcohol, algún tipo de droga o calmantes y se sienten bien tal vez en lo que dura su efecto ya que tarde que temprano regresaran a su realidad, o tal vez pretendan tener una buena cuenta de banco pensando que con eso tendrán la vida arreglada y pasan por alto o simplemente no conocen que HAY UN REMEDIO ETERNO QUE ES CRISTO JESUS y que podemos recurrir a él cuantas veces lo queramos, que es de quien podemos obtener una vida llena de cosas buenas con sus altibajos, pero a fin de cuentas muy prometedora cuando hayamos llegado a la meta.
Analicemos un poco la historia de nuestro capítulo Bíblico central. Ju 5:4b dice ;el que descendiera primero lo obvio nos dice que al ser paralítico nunca llegaría primero. Ju 5:5, 38 años enfermo; un largo periodo de espera. Pero todo esto también nos habla de la fe tremenda que tenia ese hombre de perseverar una y otra vez con la esperanza de poder ser sanado algún día.
Cuantas veces nosotros con poco tiempo nos desesperamos y le preguntamos a Dios ¿hasta cuando?. Tal vez este sea un caso parecido al nuestro, ya que hace mucho que sufrimos, que buscamos sin encontrar, que esperamos soluciones y no llegan, que nos sentimos solos y no tenemos fuerzas para seguir. Sin embargo, el paralítico seguía insistiendo una y otra vez. Uds. creen que el no estaba conciente que prácticamente sería imposible que el pudiera entrar al agua siendo paralítico (además de que lo declara Cristo mismo) y que al estar solo no habría quien le ayudara?, nos lo dice Ju 5:7.
Jesús lo vio y vio la angustia del hombre con sus 38 años de espera y no tan solo vio su enfermedad física sino también la espiritual. ¿Saben que el pecado es mucho peor que la parálisis física?, porque paralíticos entramos al reino de Dios, pero no pecadores por que no hay contaminación en los cielos.
¿Cuántos de nosotros nos negamos a reconocer que hay pecado en nuestras vidas? algo que roba nuestra paz, nuestra felicidad y nuestra relación con Dios y que en un descuido hasta nuestra eternidad y es algo que puede hacernos gemir de dolor y afectar a las personas que nos están rodeando.
Cuando no se tiene un conocimiento de Dios tal vez hay excusa hasta cierto punto a lo que se este haciendo ;mal pero cuando tenemos un conocimiento ya no digo pleno, sino ;básico de nuestro creador no hay excusa alguna, mas bien tenemos la obligación de seguir adelante y de ayudar a aquel que lo necesite física o espiritualmente, de otra manera caeríamos como la parábola de las diez vírgenes que sabiendo que viene el novio solo algunas prepararon sus lámparas con aceite y las otras no (Mat 25:1-13). Este es un ejemplo tremendo de lo que es la excusa ante Dios, ya que teniendo conocimiento de que venia el novio solo 5 se previnieron y a las otras que no se previnieron el novio les dice: no las conozco!.
Ahora bien, Jesús le hace una pregunta verdaderamente impactante, es tremenda; ¿quieres ser sano? (Ju 5:6), se fijan no se esta ofreciendo a meterlo al agua para que se sane, es Jesucristo mismo quien actuara directamente para esa sanidad. Pero aquí que sucede algo interesante, el hombre no se fijo realmente en lo que le estaban preguntando, pareciera por su respuesta como que Jesús le hubiese preguntado ¿por qué no has sanado?.
El hombre esta viendo solamente su obstáculo, aquello que le impedía llegar al estanque antes que cualquiera, pero no veía quien era el que estaba enfrente de el y le hacia la pregunta (Ju 5:7). El remedio a sus 38 años de espera y angustia lo tenía una pregunta sencilla con una respuesta aun más sencilla.
Si se fijan Jesús no espera a la respuesta, simplemente de dice ;levántate, toma tu lecho y anda (Ju 5:8). Así de fácil es para nuestro Señor sanarnos, sin tanto show, ni gritos; simple y sencillo. Pero hay algo mas aquí, que el hombre cree lo que le están diciendo, y este hombre no titubeo, simplemente dice que anduvo, no nos muestra la escritura algún tipo de argumento por parte del hombre ni tampoco nos habla de duda. Se imaginan como estarían sus piernas con 38 años inmóviles, sin músculo alguno, completamente débiles, cuanta gente cuando dejan de caminar un largo periodo de tiempo tienen que estar en terapias de rehabilitación y todos esos mimos para lograr sostenerse, pero este hombre simplemente se levanto y ando.
Quizá nosotros estemos haciendo hoy lo mismo que este paralítico, se nos ofrece sanidad a todas nuestras heridas y no lo vemos, la solución a todos nuestros problemas pero nos agobia la duda, y aun lo más importante la vida eterna esta a nuestro alcance si oímos a Cristo. Pero nosotros necios ponemos muchas trabas, nos vemos a nosotros mismos pensando ;cuando estemos mejor, le podremos servir a Dios; o ;ya que pueda tener una mejor entrada económica, le daré mi tiempo y los jóvenes primero están viendo la oportunidad de divertirse ;ahora que estoy joven y después te sirvo señor
Pero saben que es peor aún; que ya hemos recibido nuestra sanidad, que ya ;podemos caminar; pero nos falta la fe del hombre de nuestro relato, la decisión de levantarnos y salir y decirle a todo mundo YO ESTABA POSTRADO, PERO JESUCRISTO ME LEVANTO.
Muchas veces tratamos de salvarnos nosotros mismos pensando en ;que buena soy; o ;mira todo el bien que hago; me voy a salvar, pero la palabra dice que no serás salvo por obras sino por fe (Ef 2:8-9).
Los hombres no se cansan de hacer cosas para poder llegar al cielo, y dicen ;Todos los caminos nos llevan a Dios, sin embargo, hay un solo camino, Yo soy el camino la verdad y la vida (Ju 14:6), ;Nuestro principio y fin, el alfa y la omega; (Ap 1:8),;hay un solo mediador entre Dios y los hombres; (1 Ti 2:5).
Regresando a nuestro relato, el Señor no solo había visto la enfermedad física de aquel hombre, sino también la espiritual,no peques mas para que no te venga otra cosa peor; (Ju 5:14). Hasta este momento este hombre tuvo la oportunidad de no solo ser sanado físicamente sino que había obtenido la oportunidad de conocer de Cristo y caminar en santidad y por supuesto su eternidad con El. Al decirle Jesús ;no te venga otra cosa peor, ¿qué sería lo peor que podría pasarle? morir en pecado; y ante eso ya no habría remedio.
En el caso de nosotros, todavía tenemos remedio, estamos a tiempo, tan es así que aquí estamos, ¿Qué es lo que tenemos que hacer?.El señor nos esta hablando ¿Queremos tomar nuestro lecho y levantarnos? ¿Queremos ser sanados?, en apariencia tal vez nos vemos bien fuertes y saludables, ¿pero como estamos por dentro, acaso estamos postrados, habrá algo que no nos permite seguir adelante, que nos esta limitando? tal vez por que estamos volteando hacia atrás, porque estamos viendo nuestras heridas de muchos años atrás, heridas de hace 38 años como el paralítico, estamos viendo a aquello o a aquellos que nos ocasionaron estar así, y si es así permítanme decirles que nunca se levantaran.
¿Saben cual era la obligación del paralítico?, salir y hablar del milagro hecho en su vida y miren que ha de ver sido bien notorio ya que un hombre postrado por tanto años, de repente se le viera caminando, causa sensación, curiosidad. La misión del paralítico al igual que los 10 leprosos sanados (Lu 17:11-19), era salir y proclamar quien era ese hombre que les había sanado, pero de esos diez cuantos realmente respondieron, solo uno, ¿y los otros nueve? pregunto Jesús (Lu 17:17-18).
Yo pregunto, ¿qué estamos haciendo nosotros para salir y gritarle al mundo quien es Jesucristo, de qué enfermedad nos ha librado en nuestras vidas?. Algo es aseguro, sentados no vamos a lograr mucho, necesitamos ser obreros que trabajen las mies como lo dice Lucas 10:2, ;las mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos
Para terminar quiero hacerles un llamado, hemos analizado un poco el relato del Paralítico de Betesda y como aplicarlo a nosotros a en la actualidad, ahora nos toca creer y actuar por fe, sin vacilar, sin argumentar, interceder por todos aquellos que están postrados no solo físicamente, sino espiritualmente.
Tenemos que trabajar, orar, que verdaderamente sintamos el dolor por todas aquellas almas que están postradas, por todos aquellos que tienen necesidad de entrar a ese estanque de Betesda que es Cristo Jesús.
Juan 5:25 ;De cierto, de cierto os digo, viene la hora y la hora es cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la oyeren vivirán;; no nos esta hablando solamente de la muerte física, sino de muerte espiritual.
TENEMOS MUCHO TRABAJO QUE HACER.
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