El recurso más eficaz y certero de un cristiano es tener
comunión con Dios mediante la oración.
Debemos de aprender como nuestro Dios se mueve, entendemos
que Dios es demasiado sublime y excelso para un hombre entenderlo, sin embargo,
El permite que sus hijos desarrollen algunos dones espirituales, para así
manejarse mejor en la tierra.
Y para eso está Su Santa Palabra, dice su palabra “Los ojos
de Jehová están sobre los justos, y atentos sus oídos al clamor de ellos”
(Salmo 34:15); como lo muestra su palabra, Jehová está atento a los justos, su
corazón se derrite cuando un justo ora; es imprescindible aprender que Dios
quiere que seamos justo, que su comunión es con los íntimos. “Joven fui, y he
envejecido, Y no he visto justo desamparado, Ni su descendencia que mendigue
pan.” (Salmos 37:25).
El Reino de Dios
viene y Su poder se hace visible cuando el justo ora. Los cielos se abren, y el
favor de Dios se pone de manifiesto, cuando una persona correcta ora; dice en
su palabra “Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y
ocultas que tú no conoces.”(Jeremías 33:3); el Padre anhela que le pidamos, que
vayamos a su presencia, pero Él quiere que vallamos correctamente, su voluntad
es bendecirnos y cumplir su propósito en nuestras vidas.
Él escucha sus oraciones y las responde. Él recompensa a los
justos y les salva de todos sus problemas. Dios quiere allanar las montañas del
justo, quiere hacer caminos donde no los hay y ríos en el desierto para los
justos. Él lo hará con usted como lo hizo con David y Jeremías, etc.
Daniel oró con fervor y pasión, y su oración fue eficaz, fue
tan eficaz, que hizo que el Padre mandara de refuerzo al ángel Miguel (Leer
Daniel 13:13).
Ezequías oro con devoción, y fue tan poderosa, que hizo que
Dios arrepintiera de llevárselo, y le aumento 15 años más de vida. (Leer Isaías
38:4-6)
Elías fue otro ejemplo vivo, de que el Padre esta con los
íntimos y los justos, “Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las
nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la
tierra por tres años y seis meses.
Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo
su fruto” (Stg 5:17-18)
A medida que seamos humilde y reconozcamos que sin El no
somos nada, siempre acudiremos a la oración y siempre vamos a entender que en
su presencia hay plenitud de gozo.
La oración del justo puede mucho, no dejes de subir a su
presencia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Déjenos sus Comentarios o Peticiones y estaremos gustosos de Responderles.
Bendiciones.